134. LA HUMANA ISIS
Isis seguía sumida en el torbellino de preguntas y pensamientos que la llenaban de dudas, dejándola atrapada en un mar de interrogantes sin respuesta. Como en otras ocasiones, comenzó a tener un diálogo interno, creyendo que hablaba con su propia consciencia, aunque a veces sentía que esta tenía una voz propia, una personalidad distinta.
—¿Por qué siento éstas mariposas en el estómago cuando lo veo? —se cuestionó con un suspiro ligero, aunque algo avergonzada.
—¡Porque estás loca! —contestó su consciencia con un tono burlón, casi riéndose de ella.
—¿Me gustará el Alfa Supremo? —insistió, con una mezcla de curiosidad y nerviosismo.
—¡No te puede gustar, Isis! Él es un lobo, y tú eres humana, ¡qué disparate! —replicó su consciencia, taja