98. LA PROPUESTA DE AMET
JACKING:
En la penumbra de las cuevas, observaba a todos los lobos que habíamos rescatado de la manada Satu Mare. Estas luchas eran sobrenaturales y ahora parecía que no íbamos a poder sanar a todos ellos. No podía culpar a Teka. El mundo que nos rodeaba no ofrecía descanso. Siempre había algo nuevo acechándonos desde las sombras: lobos, brujas, celos eternos, un sinfín de secretos que parecían llevar siglos acompañándonos.
—Mi Alfa, hice todo lo que está en nuestro poder para sanar a la manada Satu Mare, pero todavía no obtenemos resultados —escuché la voz de Teka-her informando.
—Está bien, Teka —dije pensativo. Yo era el Alfa Supremo con grandes poderes, y quizás entre los dos encontráramos una manera de salvar a los lobos. —¿Sabes qué le pusieron?
—Es sangre de vampiro —contesta de inmediato.
—Pero ese líquido parecía otra cosa, era amarillo —dije con incredulidad.
—Porque es como un extracto ligado con muchas hierbas. Pero sigue siendo sangre sin vida de los vampiros —explicó ell