84. MANADA SATU MARE
JACKING:
La mención de Rumanía y de la manada Satu Mare iluminó un oscuro rincón de mi memoria. El Alfa Costel era mi amigo; aunque su manada era pequeña, si Utukku atacaba su territorio, podía fácilmente vencerlo. Caminé hacia la puerta del laboratorio, dando vueltas nerviosas; sentía una gran ansiedad, sin entender por qué no me había llamado Costel, cuando lo había dotado de un enlace directo conmigo.
—Lo sé, Amet, lo sé. Pero él no me ha llamado para que lo ayude —dije, pensando que a lo mejor los vampiros no habían atacado a su manada todavía.
—Eso es, mi Alfa, porque Utukku lo tiene detenido en unas mazmorras. Lo apresaron, junto a prácticamente toda su manada, con la ayuda de una bruja muy poderosa —dijo la meiga Rosa, de pronto, respondiendo a nuestras preocupaciones.
Rosa guardó silencio, con la mirada fija en el piso, en completa sumisión. Apreté los puños, dejando que la energía de Mat fluyera a través de mí, intensificando mi conexión con mi lobo interno.
—¿Cómo se llama l