257. LA FELICIDAD
JACKING:
Mis manos, antes firmes alrededor de su cintura, se tensan. Ese cambio en sus ojos no es la primera vez que lo noto, pero esta vez fue demasiado claro para ser un simple truco de mis sentidos. Isis desvía la mirada, pero no se aparta de mí. Su respiración se acelera y puedo sentir el calor brotando de su piel.
—¿Mi Luna? —repito, con el ceño ligeramente fruncido mientras acerco mi rostro al suyo.
—Mi Alfa, son las diez de la mañana —sus manos presionan mi pecho, tiemblan ligeramente, tratando de escapar de mi agarre.
No dejo que se aparte. No quiero dejarla. Mi corazón late desbocado, por una creciente necesidad de entender lo que ocurre.
—Isis —susurro, atrayéndola más—. ¿En serio es tan tarde? Nunca duermo tanto.
—Mi Alfa, suéltame, tengo hambre —dice mientras se levanta, apoyando sus manos en mi pecho.
Pude ver que sus labios tiemblan; parece que libra una guerra en su interior. La observo morderse el labio inferior, un gesto encantador que me llena de alegría.
—¿Podemos b