Estaban ya al salir por la puerta principal y recostado en un lado de la puerta estaba el joven prácticamente se puso frente a frente al rey que lo miro con extrañesa hasta que lo reconoció
—Tú, eres tú, el de la fiesta que mira a mi esposa con deseo, maldito seas, te voy a matar
Lydia intervino enseguida
—Espera hermano espera, no hagas escándalo, eres el rey, ten compostura
Pero Alexander estaba con los celos a por mil estaba furioso, más que todo no quitaba ese hombre la mirada sobre su esposa
—Los ojos son para mirar, no se porque le causa malestar rey
—Te atreves a replicarme, a mi, soy tu Rey idiota
Martha estaba detrás de su esposo asustada, Lydia la abrazo también asustada viendo a su hermano tan furioso, así lo había visto solo en la guerra.
—Me gusta ella, me gusta y se la voy a quitar