Miro sorprendida a mi hijo, atado a su sillita. “¿Sabe cuándo está cerca su tía?”, le pregunto, curiosa. Pero, obviamente, no contesta.
“Pues hoy estás muy radiante y animada”, digo cuando Cora abre la puerta y se asoma al interior del coche, parpadeando un poco sorprendida al ver a los dos hombres