Capítulo 361
Y no me decepciona: cuando entro, arquea una ceja sarcástica. "Vaya, pero si es la Santa Ella".

Sonrío, sintiendo un sentimiento de cariño hacia la mujer irritante. Por eso me gusta. No me juzga, no me compadece ni me adula. Me ve exactamente igual que ayer, y eso lo necesito cuando ya casi no me reconozco. "Buenas tardes, Isabel". Saludo cordialmente. Tiene un bebé envuelto en un fular contra el pecho y avanzo para admirarla. Sadie nos mira con ojos azules muy abiertos y le acaricio la mejill
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