Bañé a Aaron y él quiso ir a jugar con Mindy y otros niños de la manada con los que se había hecho amigo. Miré a Mason y él se encogió de hombros, asintiendo. Le preparé una pequeña mochila con un cambio de ropa por si arruinaba la suya y lo envié con las madres de la manada.
Mason tomó mi mano y me hizo girar lentamente.
—¿Qué te parece si terminamos nuestro recorrido por el territorio? —me preguntó.
Sonreí y asentí con la cabeza. Le di un beso antes de salir.
Volvimos más tarde y decidí que quería salir a correr con mi loba. Ella estaba aullando dentro de mí y me estaba dando un dolor de cabeza terrible.
—Voy a salir a correr. Regresaré pronto —le informé a Mason.
Le besé la mejilla y me di la vuelta para salir, pero él me jaló de vuelta por las caderas.
—Debería ir contigo —dijo, apartando mi cabello para besar mi cuello.
—¿Por qué? ¿No confías en tus nobles guerreros por estas tierras? —bromeé.
—Sí, pero contigo necesito estar seguro —suspiró, acurrucándose en mi cuello.
Mi loba r