Ahora no podía escaparse.
Pero se enfadaba por ser revelada y gritó: —¡Es una grabación falsificada! ¡Yo no dije eso!
Victoria se mofó y le tendió el reproductor a Indira: —Escucha si es tu voz. ¿Creías que podrías utilizarme tan fácilmente? Ya guardé pruebas.
Cuando Indira vio el reproductor en manos de Victoria, sintió una oleada de miedo y desesperación.
Sabía que esta vez había fracasado de verdad.
Ellas discutían en la sala de vigilancia, con acusaciones e insultos.
Emiliano miraba con frialdad que se culpaban mutuamente sin sentir nada.
—¡Basta! —Gritó de pronto Emiliano para detener su pelea.
Miraba con frialdad a Indira y a Victoria, con desprecio y asco en los ojos.
Emiliano dijo a ellas: —¡Llévenlas a la policía!
Al oírlo, Indira reaccionó con intensidad, su rostro pálido se tornó más pálido, sus ojos se llenaron de horror y desesperación.
Su cuerpo tembló de repente, como si hubiera sido golpeada por una gran fuerza que le impidiera quedarse quieta.
Indira gritó e intentó co