—Señorita Silva, soy yo quien crio a un hijo fracasado. Lo siento por Javier, y lo siento por ti...
Natalie frunció el ceño al verle sentirse culpable.
—Señor Guzmán, este incidente no tuvo consecuencias graves, pero no puedo perdonar a Bryan.
No llamaría a la policía para que lo denunciara, pero no podría fingir que no pasó nada.
—Señorita Silva, estoy dispuesto a compensarte. Haré todo lo que pueda para compensarte, siempre y cuando no lo persigas...
—No lo perseguiré, pero yo no soy la víctima en este caso, es otra persona.
Ginés asintió, —Entiendo, y cuando la señorita Hernández vuelva a Imperialia, iré personalmente a su casa a pedirle disculpas, y también me encargaré de que Blanca y la señorita López y les rogaré que perdonen a Bryan...
Natalie miró a Javier, —Javier, ¿qué vas a hacer?
Tanto si Javier opta por llamar a la policía como por perdonar, Natalie respetaría su decisión.
Javier se quedó callado unos segundos, dijo con voz ronca: —Olvídalo, no me hizo mucho daño.
En luga