Leonardo giró la cabeza, pero le miró con frialdad.
—¡No te toca meterte en mis asuntos!
—Es cierto, pero Natalie es mi prometida, y yo me encargo de sus asuntos. ¡No voy a dejar pasar esta!
—¡Eso depende de si eres capaz de hacerlo o no!
En este momento, el ambiente en el pasillo se volvió gélido, los dos se miraron tan fríamente que la electricidad parecía correr por el aire.
Michela y Ángel llegaron y vieron que Leonardo y Bryan se enfrentaban.
Al ver a Leonardo, Michela se puso nerviosa y luego miró a Bryan.
—Bryan, ¿cómo está Natalie?
Bryan retiró su mirada hacia Leonardo, dijo en voz baja: —Aún en cirugía, no sé muy bien la situación actual.
Al ver que el rostro de Michela palidecía al instante, se apresuró a decir: —Señora Royal, no te preocupes. ¡Seguro que Natalie estará bien!
Michela asintió, —Sí...
Ángel miró a Leonardo y le dijo con voz fría: —¿Qué ha pasado? ¿Por qué Natalie ha salido tan malherida de repente?
—Todo esto es culpa mía, lo siento.
Ángel frunció el ceño, —Sól