Capítulo131 Sigue siendo un pervertido.
Elena acababa de alejarse cuando varias personas se acercaron para saludarla. Adriana los observó; parecían ser empleados del Grupo Blanco.
Javier, el padre de Elena, nunca había logrado establecer una conexión con el Grupo Blanco, entonces, ¿por qué sus empleados parecían respetar tanto a Elena? ¿Será que quizás…?
Adriana se sintió extraña, recordando aquella noticia sobre la amante de Christian. La mujer en la foto, que se parecía mucho a ella, ¿podría ser Elena?
Ahora entendía cómo Elena había logrado infiltrarse en un evento tan importante en la industria de la perfumería.
Adriana empezó a comprender la situación.
Fue con prisa hacia la puerta del salón, sacando su teléfono para pedir ayuda. Pero, de repente, sintió un mareo intenso y su teléfono se le cayó de las manos.
Su cuerpo tambaleó y casi se desplomó. Una camarera atenta corrió hacia ella y le preguntó:
—Señorita, ¿se encuentra usted bien?
Adriana miró a la camarera, pero no se atrevió a explicar lo que le ocurría. No estab