—Becca, estás a salvo...
Girándome para mirarlo, sacudí la cabeza con incredulidad. —Está bien. Voy a preparar una taza de té. ¿Te gustaría uno?
—No. Ve a preparar tu té y luego vuelve aquí. Quiero pasar el resto de mis pocas horas contigo antes de irme por la mañana.
—¿Te vas por la mañana?— Pregun