Cerró los ojos cuando el avión tocó tierra y vio en su cabeza los recuerdos del tiempo que habían pasado juntos en Santa Lucía. Abrió los ojos y miró por la ventanilla. Fuera hacía frío y el cielo estaba gris y comenzo a estrañar el clima calido y las playas, pero aun asi trato de aparetar lo contrario, sabia que era hora de enfretar la realidad.–Cómo me alegro de estar de vuelta –murmuró mientras esperaba a que el avión se detuviese antes de levantarse y estirarse.–Pareces entusiasmada –dijo él.–Lo estoy –no lo estaba.Era extraño, sentía como si estuviese hablando con un desconocido. Un desconocido frío y distante, no el hombre con el que había tenido sexo ardiente y apasionado todas las noches durante la última semana. En ese momento, sonó su teléfono y leyó el mensaje que aparecía en la pantalla.–Oh, Nikos , tengo que pasarme por la tienda. ¿Te importa?–Si es una emergencia, claro que deberíamos ir –contestó él.Aquel pequeño gesto de apoyo le hizo sentir que no estaba tan so
Salieron a la calle sin tocarse desde el aeropuerto. Cuando Nikos se acerco para ayudar con su equipo empezaron a dispararse los flashes a su alrededor. –¿Dónde habéis estado esta última semana? –preguntó uno de los periodistas, y los demás lo interpretaron como carta blanca. –¡Nikos! ¡Señor Alexandros! ¿Cómo respondes a los rumores de que tu exprometida la señorita Reanna Koars te dejó por otro hombre? –¡señor Alexandros! ¿A qué viene esta farsa? –¡Leandra! ¿Qué se siente al ser la esposa de repuesto? Nikos agarró a Leandra del brazo y la estrechó contra su cuerpo. –Nada de preguntas –gruñó mientras la arrastraba hacia el coche, haciendo seña a los dos guardaespaldas para interrogarán a los periodistas y obtener la información de quien filtro que ellos regresaban hoy. Al meter a Leandra en la limusina, oyó una última pregunta por encima de las demás. –¿Qué se siente al haber dejado escapar al cisne y haberte quedado con el patito feo? Cerró la puerta de golpe, estaba furioso
Salió de la habitación y Nikos se dirigió al mueble bar. Tenía un mueble bar en casa y estaba lleno, casi nunca había mirado para ese lugar se decia a si mismo que esta zona era solo y exclusivo para los invitados, pero en el fondo lo sabía. Sabía que estaba agitando una bandera roja delante de la bestia, tentándola. Y aquella noche... aquella noche estuvo a punto de morder el anzuelo. Apretó los dientes y se apartó del mueble. Tenía el control. Nadie le arrebataría eso, ni siquiera su esposa. Leandra se despertó sintiéndose fatal, y ese estado de ánimo se mantuvo durante todo el día. No quiso mirar nada relacionado con las noticias, se puso al día con dos series y vio varios documentales. El encuentro con la prensa el día anterior había supuesto el resurgir de una inseguridad del pasado, a pesar de que trato de ocupar su mente siempre se encontraba pensando y reviviendo lo que pasó el anterior y se encontraba bastante enfadada y no ayudaba nada que Nikos desidiera pasar todo el dí
–La noche que cumplía dieciocho años, estuve a punto de violar a una mujer, una mujer no mejor dicho era una niña comparada conmigo. Leandra se quedó helada y le pareció que aquel momento duró una eternidad. –¿Qué? No te creo. No... Nikos, tú no... –Pero asi fue, mi padre nunca me prestaba demasiada atención, pero esa noche yo era el centro de toda la celebración, o eso creía yo. Luego descubrí que mi cumpleaños se había utilizado como tapadera para una gran reunión de la mafia. Yo no sabía quien había sabido mi madre hasta que el cura me entrego su diario, en ese momento yo aun pensanba que ella habia sido una de las tantas prostitutas. Crecí sin control, rodeado de exceso. La noche de mi cumpleaños, recuerdo que la fiesta era espectacular, como solo podía ser una gran fiesta de la mafia con drogas, mucha droga. No era la primera vez que consumía, al fin y al cabo, era como un niño en una tienda de caramelos. Pero, a esa edad, mi padre decidió que era hora de que entendiera de v
–Nikos, eso es terrible. No tenías ayuda de nadie . –Ella no habría necesitado ayuda de no ser por mi padre. Por mí. –Y tú la salvaste. –No me conviertas en un héroe en esta historia retorcida. No tuvo nada de heroico lo que hice. Era lo mínimo que un ser humano podía hacer por otro. No volveré a ser ese hombre. Ese hombre que sentía que todo era para él. Ese hombre que se olvidó del control y de todo lo bueno que había en él para perseguir el placer. –Placer que no obtenías. –Deja de intentar darle la vuelta para que yo quede bien –dijo él–. Puede que un asesino frene su cuchillo antes de apuñalar a su víctima. Puede que pare, pero en el fondo seguirá siendo un asesino. –¿Y crees que podrías hacerme daño si te presionara demasiado? –Esa es la cuestión. No tenía ni idea de lo que podría hacer. He estado demasiado tiempo encadenado. Solo sé que la bestia tiene hambre. No sé lo que desea. Y desde luego no lo averiguaré a tu costa. –¿Y por eso nunca has estado con una muje
–Sí. – Otra pregunta, ¿Y las mujeres, que ocurrió con ellas? –Que yo sepa, durante las redadas rescataron a mucha gente, nunca pedi muchos detalles. Quería cerrar esa parte de mi vida. Fueron llevadas a lugares donde las atendieron y ayudaron a comenzar una nueva vida, según tengo entendido. Me encontraba en el programa, luego de los juicios y las grandes sentencia que se llevaron los grandes jefes. Yo me desvincule de todo, pasaron unos meses y cuando pensé que las aguas se habían calmado lo suficiente le pedí a mi supervisor salir del programa, ellos me advirtieron que sería un gran riesgo, pero aún así insistí solo que no queria llevar más el apellido de mi madre. Como un último favor los agentes me ayudaron a presentar los documentos para cambiar mi apellido. Durante todo ese tiempo nunca dejé de sentirme como un monstruo, fue un momento oscuro para mí... – Nikos Muchas personas fueron rescatadas gracias a todos los datos que les distes en ese momento a la policía no eres un
–Sí. De verdad. Desde el momento en que empezaste a venir a visitarme. ¿Te acuerdas? –Claro que me acuerdo, me encantaba ir allí, Nikos tú me hacías sentir especial mostrabas interés cuando hablábamos. Yo necesitaba eso , me sentía torpe y que no podía hacer nada bien. Por aquella fecha fue cuando empezó la prensa a comprarme con Reanna y no lo estaba pasando bien. Mi mamá pasaba todo el rato en el club y papá estaba enfocado en la empresa. Ellos no tenían tiempo para lidear con mis problema... – Yo no sabía eso, lamento no haberme dado cuenta. Cuando mostrabas ese interés por compartir conmigo y me llevabas los dulces que hacías. Me hacía sentir que alguien pensaba en mí, y que no estaba solo que no era un monstruo. Esos momento me sentía casi como un chico normal, que podía ser yo mismo sin secreto y ahora eres la única mujer que conoce mi pasado. La única mujer que ha estado conmigo... como hombre. No como el chico egoísta que era, no como el hijo del jefe del cartel, sino como
–Te he contado en lo que temía convertirme y por qué, pero ni siquiera sé qué ocurriría... No sé si podría cambiar mi manera de hacer las cosas. Y dudo que fuese a gustarte si lo hiciera. Es demsiado arriesgado... –Yo tampoco sé si me gustaría, pero tienes que darme la oportunidad de conocerte, y de paso date la oportunidad de ser tú mismo, sin importar nada ni ocultar nada, ya me haz contado tu vida, esposo y aun estoy aquí... Así que te pido que te des la oportunidad de conocernos tal y como somos, sin falsas pretensiones, mascaras o restricciones. Solo siendo Nikos y Leandra dos personas tratando de construir un futuro juntos Nikos levantó la mano y deslizó los dedos por su pelo. Leandra apoyo su rostro en la mano calida de su esposo mientras sus manos las apoyaba en el pecho de Nikos. Se quedaron mirándose el uno al otro y sonrieron. Nikos nunca pensó que en su vida podría tener algo así, ese tipo de relación era un sueño una utopía para el pero aquí estaba al alcance de su ma