¿Por qué no su preciosa hermana? Sin duda, todos sabrían que Reanna se había marchado. Porque, si no, Nikos Alexandros nunca la habría preferido a ella. Todo el mundo lo sabría. Leandra siempre había imaginado que se casaría allí, en este lugar, pero en su cabeza había sido diferente. Aunque era primavera todo estaba blanco y elegante, a ella le hubiese gustado ver mas color, era primavera por Dios Bendito, era para que los colores exaltaran este gran dia, como minimo los centros de mesa serian coloridosy menos elegantes. Cuando levantó la cabeza y vio a Nikos al final del pasillo, el corazón le dio un vuelco, el siempre había formado parte de sus fantasías. Claro que, en sus fantasías, él sonreía mientras caminaba acompañada de su padre por la elegante alfombra. No la miraba como si fuera juez, jurado y verdugo, dispuesta a pronunciar una terrible sentencia, esa era como la miraba en aquel momento. Como un hombre en el patíbulo, no en el altar. Quiso resoplar de manera poco elegant
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