LILLIESeguía de pie, intentando tapar con mis manos algunas partes de mi cuerpo. Se acercó, me agarró bruscamente de la cara, sujetándome de la barbilla con una sola mano. Por mi mente pasaron recuerdos con mi familia, pensando en mi madre, mi hermana y mi querida sobrina. Sí, iba a ser violada y después ser asesinada, o lo que fuera hacer conmigo, lo último que quería tener en mi cabeza era a ellas.¿Cómo pude sentir atracción por alguien así?Me cuestionó mentalmente, era un monstruo, alguien que no tenía sentimientos ni remordimiento alguno. Bueno, eso era lo de menos ahora, ya lo hecho estaba y me tenía a su merced. En cualquier momento podía hacer lo que quisiera conmigo. Temiendo en que me fuera hacer daño.— Ahora eres mía — aprieta más mis mejillas, mientras me habla al oído en susurros —. Me perteneces.¿De qué habla este lunático?— Como le dije al principio, creo que se confundió de persona. —respondió con dificultad por su agarre. — ¡Shhh! — me suelta para tomarme del c
Rápidamente, cerré mis ojos cuando veo por último su mano elevándose, creyendo que me podría golpear, pero nunca llega ese golpe, solo siento que me agarra fuerte del brazo para lanzarme de nuevo a la cama, y es cuando me doy cuenta de que ya llegó mi final. Abro mis ojos al momento del impacto al caer y veo que se acerca para acorralarme en la cama, pero en eso un tono de celular suena, no es el mío porque lo dejé en la mochila que traía y no sé en dónde quedo después de que el tipo esté me arrastrará a su deportivo.El celular vuelve a sonar, él maldice en voz alta, que hasta me hace saltar del susto. Compruebo que es el de él mientras lo saca de su bolsillo del pantalón, mira la pantalla, aún sigue de pie frente a mí, sin esperar más, responde diciendo algo en su estúpido idioma que no entiendo nada.Se da media vuelta para salir de la habitación, cerrando la puerta detrás de él, dejándome ahí sola. Y suspiro, por fin podía respirar tranquilamente, dejando sacar todo el aire que te
Voy a la barra y les pregunto a los chicos por mi amiga. Ellos responden que hace unos instantes se había ido al despacho de Julie. Les agradezco por su información y me dirijo a la planta alta para ir en busca de Mika.Toco la puerta al llegar, y después se abre. Es uno de los guardias del lugar, me ve con cara de asombro, no sé por qué. Le pregunto por Mika y él responde que está ocupada adentro con la jefa. Escucho a mi amiga gritar.¿Qué sucede?Empujo la puerta sin importarme el guardia, intenta detenerme, pero ya estoy adentro. Mika se encuentra de pie frente al escritorio, y Julie al verme se queda congelada en su lugar. No sé qué esperaba, es la misma reacción del guardia. Mi amiga, al notar el comportamiento de la jefa, se gira para ver, ya que yo me encontraba detrás de ella. Al verme, sus ojos se abren y sin pensarlo se lanza hacia mí para abrazarme.— ¡Lilli! — grita antes de llegar a mí, y me abraza eufóricamente, me barre toda con su mirada, como cerciorándose de que n
DANTENo sé qué me estaba pasando, pero desde el primer instante en que la vi en ese lugar, cuando tropecé con ella, me hechizo su belleza, y solo quería saber quién era. Y cuando la miré bailar en ese escenario, quedé embrujado por sus movimientos, su sensualidad y lo único que deseé fue tener ese cuerpo exuberante en mi cama, pero cuando la vi desnuda, la anhelé mucho más. Desde el comienzo me di cuenta de que esos ojos esmeralda iban a ser mi perdición. Y es que ninguna mujer se había convertido en una obsesión, un delirio, un gran deseo hasta quererla tener de cualquier forma en mi lecho, tenerla para saborear cada parte de ella, hasta saciarme de su exquisito cuerpo de diosa. No me podía quitar de la mente la imagen de esa mujer. Sus labios, sus pechos y sus felinos ojos. Pero sobre todo más sus labios carnosos, después de haberlos probado ya nada era igual, la deseaba más. A pesar de que la forcé a besarme y se negó todo el tiempo, más me excitaba su comportamiento y lo difícil
No tardó en llegar, lo supe cuando tocaron a la puerta de la habitación, ya sabía que era él. Franco se asomó después de que di la orden de que pasará, y haciendo ver el tipo de lentes con traje, asentí para que nos dejará solos y poder charlar en privado. Aunque Franco era de toda mi absoluta confianza. — Charlie — me acerqué para saludar con un apretón de manos y un abrazo fuerte al abogado—. Tanto tiempo sin verte.— ¡Diablo! Me da un gusto volver a verte — responde al igual —. Vine en cuanto me dijeron que me ocupabas de mis servicios. ¿Para qué soy bueno?Él sabía que cuando yo lo mandaba a llamar era para algo ilegal, algo nada referente a las empresas. — Necesito que envíes a investigar algo, bueno, más bien a alguien — digo —. Ocupo que recaudes toda la información de una mujer, que trabaja en el club de Julie.— ¿Una puta? — hace un gesto — Es muy raro en ti, que pidas algo así en una mujer.Me apoyo en mis brazos para inclinarme en el sofá; ya me encontraba sentado.— No es
Después de decir el nombre de los condenados, me quedé algo sorprendido, no creí que los Bachman estuvieran detrás de todo esto. Los Bachman son los alemanes que tenemos por enemigos desde antes que muriera mi padre, ellos han sido enemigos de la familia por muchísimas décadas. Pero desde que yo quedé a cargo nunca se atrevieron a atacar, hasta ahora. Yo sospechaba de mi tío y de Bruno, pero aún no estaba muy seguro de ellos tampoco. Después de agradecerles por su amable cooperación, los despedí con un tiro a cada uno en la cabeza. Ya me tenían harto, y es que sí, en parte estaba malhumorado. Desde que esa chiquilla se había negado a besarme. Y el no poder tenerla me tenía con los nervios de punta del coraje.— ¿Qué te sucede? Estás muy raro — dice Leo, que camina junto a mí, mientras me palmea la espalda con su mano.— Déjalo, mal de amores — responde Iván. Con una risitaGruño, molesto por su estúpido comentario. Vamos caminando por los pasillos para salir de los calabozos. — ¿¡E
LillieHan pasado dos semanas desde aquel suceso, donde ese tipo pervertido me raptó en contra de mi voluntad para llevarme a ese hotel. Julie me dijo que era un mafioso muy conocido y demasiado peligroso, que lo llaman el Diablo y que es muy difícil escapar de él. Si tengo pensado huir, donde me encontrará. Llevo días con pánico a salir. Aun así, no he dejado de ir a la universidad. No puedo dejar de asistir, ya que estamos en el último semestre del segundo curso. Este tiempo dejé de ir al club. Julie mandó a que me buscaran para regresar al trabajo, pero me negué, hasta que dejaron de insistir. Mi miedo es muy grande y aún no tengo el valor para regresar.Eso pensaba hasta que hace dos días mi madre tuvo una recaída muy fuerte. Cuando la llevé al hospital, la internaron, pues los médicos dijeron que es necesario para realizarle estudios y así poder controlar cualquier problema que tenga. En este momento mi hermana y yo estamos en la sala de espera esperando que el médico personal de
Sin tomarle más importancia, hago a un lado mis pensamientos y me acerco al escritorio para tomar asiento. Esto va para largo.—Quiero retomar mi empleo —le digo en cuanto me siento.Ella también lo hace del otro lado.—¿Y ese cambio repentino?—No me digas que ya no quieres que regrese.—Sí, solo pregunto porque te mirabas muy decidida cuando me dijiste que no volverías.—Bueno, es que esa era mi decisión antes de que mi madre se pusiera mal.Julie está al tanto de la enfermedad de mi madre. Mika le comentó algo sobre eso. Después de un tiempo, ella me hizo un préstamo pequeño, el cual pagué en tres meses. Fue cuando comencé. Ocupaba dinero para el tratamiento de mi madre.—Pero ¿no se supone que ya estaba bien? —cuestiona algo preocupada.—Así es, pero el tratamiento no funcionó y recayó. Tiene casi dos días hospitalizada. Los médicos recomiendan una operación para quitarle por completo el tumor.Asiente como si comprendiera lo que le dije.—Puedo entenderlo muy bien. Si necesitas qu