Kaylee se acomodó el vestido azul y observó sus altas zapatillas negras que hacían lucir sus piernas mucho más altas y sensuales.
Tragó saliva totalmente nerviosa y caminó hacia la puerta del restaurante. Dante la miró por las cámaras de seguridad y sonrió. —Sexy —susurró. Se levantó de la mesa y camino por la habitación privada del restaurante. Colocó sus manos sobre la puerta corrediza y observó al grande guardaespaldas que se encontraba parado frente a él. —Tráiganla—dijo con completa autoridad. —Sí señor— dijo el alto hombre, se alejó de su jefe y caminó por los estrechos pasillos del restaurante. En busca de la chica que había invitado Dante. Kaylee entró al lujoso restaurante cuando le abrieron la puerta. Observ&oacut