Capítulo 19. Hallar la luz
El cálido beso en que sus lenguas se encontraban y peleaban en otro idioma diferente al de sus palabras hirientes, fue llenando los cuerpos de Alessia y Valentino de un fuego casi imparable, ahogando jadeos y sonidos llenos de sensualidad. Ambos se dejaban llevar, haciendo que sus pieles se estremecieran anhelando fundirse en uno solo.
Ella se dejó llevar, y comenzó a mover sus manos pequeñas y delicadas a lo largo de esos brazos de roca volcánica, hasta que sus dedos se enroscaron en la nuca de él, jugando con su cabello perfecto y negro, de ébano suave.
Él fue aflojando la presión que hacía para retenerla, y comenzó a acariciar con una mano la línea suave del cuello, la curva del hombro, la redondez de su pecho debajo del vestido, rozando al pasar la prominencia de un pezón erecto y sensible, y arrancando un gemido de Alessia que lo obligó a morderle el labio.
Siguió bajando, moviéndose inevitablemente para friccionar contra su cuerpo, apretándole levemente el borde de la cintura,