Kalim había tenido un par de días de perros, no sabía aún quién era el atractivo hombre qué lucifer le dio de pareja destinada, pero lo qué sí sabía era que su menudo y frágil cuerpo le había estado doliendo horrores, necesitaba tener a ese varonil macho entre sus piernas o terminaría colapsando física y mentalmente,
Ese día el bello chico llevaba puesto un traje gris, la camisa blanca y la cobata negra le daban un toque de elegancia, sus uñas perfectamente pintadas, su larga cabellera rubia qué decidió llevar suelta y unas altas zapatillas negras con suelas rosas le aporta