83. ¿CREES QUE NO DIGA NADA YU-JIN?
—¿Cómo haremos? —preguntó Sarah, con una mirada que vagaba entre Ariana y yo, buscando una solución. Estábamos los tres desnudos, enredados entre las sábanas, la tensión del momento anterior dando paso a una extraña calma.
—Pueden venir con nosotros a las giras —propuse, sintiendo la necesidad de encontrar una solución práctica—. Puedo hacerme tiempo en mi agenda al terminar la gira… El contrato salió a la luz cuando la empresa reconoció que somos una fuente de ingresos importante, así que nos han aflojado un poco la presión. «Ya no nos controlan tanto como antes. Tenemos más libertad».
—¿Crees que no diga nada Yu-jin? —preguntó Ariana, con una expresión de preocupación en su rostro. Sus dedos jugaban nerviosamente con un mechón de mi cabello.
—Te distanciaron por mucho tiempo —intervino Sarah, con un tono de voz que denotaba cierta amargura—. Creo que va a ser complicado que nos veamos.
—Puedo pagarles el pasaje para que vengan a verme —dije, sintiendo la necesidad de tranquilizarlas—