137. ENCRUCIJADAS
Trinidad se quedó en silencio, su mente llena de pensamientos y emociones encontradas. Por un lado, la idea de ver a Esteban de nuevo la llenaba de miedo y resentimiento. Por otro lado, la posibilidad de obtener respuestas y proteger a su familia la atraía.
—¿Una condición? ¿Cuál es? —preguntó Trinidad, su voz teñida de cautela y una pizca de esperanza.
—Desea hablar contigo, dice que para disculparse —explicó Landon.
Trinidad miró a Landon, incrédula. ¿Por qué Esteban querría disculparse? Después de todo lo que le había hecho, a ella y a su esposo, no merecía su perdón.
—Trini —intervino el señor Andrés— sabemos que es un criminal, pero también recuerdas que tú misma dijiste que él te amaba sinceramente y que la mayoría de las cosas terribles que hizo fueron bajo la coacción de su padre. Ahora, él establece esta condición para ayudarnos a desmantelar a esa organización. Pero sobre todo, Trini, nos va a ayudar a determinar si tus suegros están involucrados en esto voluntariamente o po