Cuando terminaron las clases, mis amigos y yo nos dirigimos a una de las pizzerías de la familia de Erick, Charlotte hablaba más, de hecho estaba muy parlanchina, era como si hubiera regresado a ser ella misma, solo con el detalle de que me evitaba, pensaba hablar con ella terminando el día. Cuando llegamos, el lugar estaba lleno pero mágicamente la mesa del fondo estaba vacía, y por casualidad estaba al lado del grupito de Bastian, al entrar nos echaron un vistazo, se estaban aventando papás a la francesa y agua.
No dijimos nada, Tony ordenó la pizza y tomamos asiento.
-Pero miren quien está a nuestro lado -dice Alan en tono burlón- el grupito de raros con excepción de mi buen amigo Tony.
Todos comenzaron a re&iacut