Capítulo 2

Me dirijo a la cafetería para buscar a mis amigos y con alegría me doy cuenta de que están en nuestra mesa de siempre, Thara le está contando algo a Annethe y ella ríe, estaba a punto de acercarme a mis amigos cuando Bastian me toma del brazo.

—Crys, ¿podemos hablar?

— ¿Prometes que no te comportarás como un idiota?

—Sí.

Bastian me tomó de la mano y caminamos hacía el estacionamiento, en donde estaba su carro.

— ¿Adónde vamos?

—Confía en mí, necesito alejarme de todos un rato.

Aquello me pareció muy extraño pero no quise decir nada más, Bastian se veía muy nervioso y quería saber por qué, así que en cuanto subí el arrancó y para mi sorpresa llegamos a su casa, estacionó el carro y mientras bajaba me tomó de la mano y entramos casi corriendo, al parecer no había nadie, subimos las escaleras y cuando entramos a su habitación cerró con pasador y se abalanzó sobre mí tirándome en la cama mientras él permanecía sobre mí.

— ¿Bastian, qué te sucede? —le pregunto mientras me besa el cuello.

—Nada, es solo que te necesito —me susurra.

—Bastian detente, tú no eres así —me quejo— es por Annethe ¿verdad?, te recuerda a Angie…

Bastian se detuvo y se recostó a mi lado.

—No sabía que tenía una gemela, y mucho menos que llegaría a estudiar aquí, siento como si regresó para amenazarme.

—Pero ella no puede saber lo que pasó, y no creo que sea tu culpa lo que le sucedió a Angie, tal vez debemos investigar mucho mejor que pasó esa noche, ¿no crees?

—No lo sé, hay algo en Annethe que no me da buena espina, es como si escondiera algo detrás de esa sonrisa.

—Pues yo creo que es muy guapa —me subo encima de él a horcajadas.

—Nadie es más linda que tu Crys, y no solo lo digo yo, todos en la Universidad lo piensan.

—Pero no negarás que es muy guapa y tierna —lo miro fijamente a los ojos— supongo que a la mayoría de los chicos les gustan las chicas lindas y delicadas.

—Crys, yo no tengo ojos para alguien más, tu eres mi mundo entero, solo me gustas tú, y te recuerdo que serás muy pronto la señora Woodwryn —me dice subiendo sus manos por debajo de mi falda.

—Tal vez deba recompensarte por esas palabras tan lindas.

—Me parece que es buena idea, deseo hacerte mía.

Bastian y yo estábamos a punto de iniciar algo romántico cuando de pronto alguien tocó la puerta de su habitación.

—Bastian, ya vi que estás en casa, tu carro está mal estacionado —se trataba de la señora Woodwryn.

—Creo que tienes mucha suerte, pero cuando seas mi esposa te haré el amor todos los días —me susurra— ¡enseguida voy mamá!

Bastian y yo salimos y en cuanto su madre me vio no dudó ni un segundo en abrazarme, la pequeña Lauren estaba en sus clases y ella cargaba unas bolsas del súper.

—Crys quédate a comer hoy, acabo de dejar a tu mamá con la bebé.

—Me gustaría pero no quiero dejarlas solas, Brandon llega muy noche y quiero pasar tiempo con mi hermana —me disculpo.

—Yo iré contigo —me dice Bastian.

—No, mejor quédate con tu mamá a comer, nos vemos en la noche, ¿te parece?

Bastian no parecía muy convencido pero terminó aceptando, me despedí de su madre y él me acompañó a mi casa, desde lo ocurrido con el intento de asesinato no me dejaba sola en ningún momento, cosa que agradecí. Estábamos bromeando acerca de los preparativos de nuestra boda, cuando me sorprendió ver en la entrada de mi puerta a Annethe, estaba de pie sin moverse, como si estuviera dudando en tocar el timbre o no.

—Genial, lo que faltaba —musita Bastian.

—No seas grosero —le di un ligero codazo en broma.

—No me agrada, es todo, creo que hasta me cae mal.

—Por lo menos intenta ser amable con ella.

—Lo haré solo porque me lo pides tú.

Bastian y yo nos acercamos más a mi casa.

—Hola —saludo primero y observo como se da la vuelta.

—Crys, que vergüenza, perdón por venir a tu casa, en la cafetería Thara y Warren me dijeron que vivías en la casa del lago y quise alcanzarte cuando me enteré que no estabas en la escuela —me explica Annethe.

—Te enteraste muy rápido que no estaba en la escuela, ¿no crees? —Bastian me toma de la mano y comienza a ponerse en modo protector sin razón.

—Tienes razón, me atrapaste —sonríe Annethe— la verdad es que los vi en la cafetería y los seguí.

— ¿Por qué? —pregunto con sorpresa.

—Quería agradecerte el que me hubieras aceptado sin conocerme bien, y ya que somos nuevas amigas pensé en invitarte a mi casa a tomar algo y que me pongas al día, mis padres se fueron de viaje esta mañana a Japón y harán un recorrido por otros países, por lo que…

—No te quieres sentir sola —termino la frase por ella.

—Exacto, no me gustaría estar tanto tiempo sola en casa, hay tantos recuerdos de mi hermana y suele ser un poco doloroso —Annethe baja la mirada y puedo observar como su labio inferior tiembla un poco, como si estuviera a punto de llorar.

A pesar de lo que había dicho ella, Bastian seguía viéndola como una amenaza, como si fuera una víbora que en cualquier momento nos fuera a atacar, entonces se me ocurrió una idea para que no se sintiera tan sola.

— ¿Por qué no te quedas a dormir esta noche en mi casa?, pienso hacer una especie de pijamada con mis amigos y sería bueno que vinieras para que nos comencemos a conocer mejor —le digo soltando la mano de Bastian y acercándome a ella con una enorme sonrisa.

— ¡Oh! No quiero causar problemas.

—No es ningún problema, será divertido.

Annethe me observó unos segundos y después a Bastian, quien no quitaba su ceño fruncido.

—Está bien, acepto.

—Perfecto, entonces que te parece si regresas a mi casa como a las seis de la tarde —comienzo a explicarle cuando Bastian me abraza por atrás.

—Sí, es buena idea, entonces nos vemos después —se despide y se aleja caminando.

Sentía pena por ella, se veía tan sola en el mundo.

—Bien, supongo que prepararé mis cosas también —Bastian me susurra al oído.

— ¿Se puede saber para qué?

—Pues para tu pijamada de último momento, temo que en la noche saque un cuchillo y te lo clave.

—No digas tonterías, Annethe es muy amable y no estás invitado.

—Eso ya lo veremos —Bastian me da un beso en los labios y después se marcha a toda velocidad antes de que pudiera decirle que era en serio lo de no estar invitado.

Cuando entro a la casa mi madre está en el sofá candándole una canción de cuna a mi hermana, saludo a ambas y le digo que vendrían algunos amigos a dormir, ella se pone contenta y me da su aprobación. Subo a mi habitación pero en cuanto le marcó a mis amigos para invitarlos a una pijamada me rechazan argumentando que debían estudiar para los exámenes finales que se acercaban, por lo que solo podía contar con Saskia y Milan, me recosté en mi cama y cerré los ojos hasta quedarme dormida, pero a las pocas horas escuché como alguien tocaba mi puerta.

— ¡Adelante! —grito sin ánimos de levantarme, ni siquiera me había cambiado el uniforme.

—Crys leí tu mensaje —entra Milan y atrás de él Saskia.

—No puedo creer que dejes dormir a una desconocida en casa —menciona Saskia sentándose a mi lado.

—No entiendo porque todos la tratan así antes de conocerla bien —pongo los ojos en blanco.

—Erick dice que me aleje de ella por el bien del bebé y de mí, no sé porque pero le haré caso, si él lo dice es por algo y tu deberías hacerle caso a Bastian.

—Yo apoyo a Crys, no parece ser una mala persona, de hecho es muy linda y tierna —Milan se asoma por la ventana— aunque no negaré que es algo misteriosa.

—Creo que están exagerando un poco —me levanto y me dirijo a mi closet para sacar un pijama cómodo que consistía en un short pequeño color rojo, una blusa de tirantes blanca, y una pequeña sudadera roja que hacía juego— Saskia debes hacerle caso a Erick, puede ser algo incómodo para ti y no quiero que me mate si te pasa algo, me daré una ducha.

Salgo de mi habitación y me meto a la regadera, el agua caliente relaja mi cuerpo rápidamente y siento como si miles de mariposas revolotearan en mi estómago, no dejaba de pensar en las palabras de Saskia, si los chicos decían eso era por algo, hablaría mejor las cosas con ellos en cuanto pudiera, salgo de bañarme y me alisto, seco mi cabello con la secadora y me lavo los dientes con pasmosidad. Cuando entro a mi habitación me sorprendo ver a Annethe hablando con Milan y con Tony, quien al parecer ya había llegado.

—Hola —saludo.

—Crys —Annethe abre los ojos como platos, de hecho se veía muy tierna— los rumores son ciertos, eres muy hermosa.

—No tanto, tú también eres muy bonita.

Estaba a punto de sentarme a su lado para unirme a la plática, cuando alguien tocó la puerta de mi habitación, la abro y casi me caigo al ver de qué se trataba.

— ¿Es muy tarde?

Trago saliva al verla.

—No lo puedo creer —susurro.

—Traje compañía también.

Me asomo y abro los ojos como platos al ver quiénes eran los que estaban detrás de ella, no había duda alguna de que esta sería una pijamada algo inusual. Un juego, una pijamada, y una nueva invitada daban inicio a algo peligroso, y yo solo podía rezar para que todo saliera bien.

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