Por la mañana después de desayunar, me propuso llevarme a la oficina y por la tarde pasaría por mí para ir a ver algunos lugares para la boda.
Al llegar me abrió la puerta del auto extendiendo la mano para ayudarme a salir.
–Cuando estás alegre haces demasiado.
–De todas formas lo estaría haciendo.
Quedé atrapada entre su cuerpo y el auto, se acercó rozando nuestros labios, me encantan sus ojos azules y su sonrisa genuina. Estaba perdida en su cercanía cuando Susy pasó caminando de prisa con un poco de torpeza en el sentido tierno.
–Mira esto –murmuré a Derek –. ¡Susy!
Ella levantó la mirada hacía mí y acomodo sus gafas.
–Buenos días señorita Black – luego se dirigió a Derek –. Que gusto verlo, doctor Evenson.
–Necesito que le entregues estos documentos a Saúl –le extendí los papeles –. Parece que tu eres de su entera confianza.
–Si señorita –se sonrojó. Se dio la vuelta y salió hacía el edificio, Derek me dio una mirada de desaprobación.
–¿Qué fue eso?
–Pues resulta que es su asi