Volviendo a la cafetería donde Liam estaba reunido con miembros de la familia Ortega.
- ¡Por favor muchacho! Porque siempre a la defensiva- Le dice Rogelio con un tono de voz condescendiente- Siéntate no te va a caer mal tomarte un café con nosotros.
Rodrigo tiene cara de pocos amigos, al ver como su tío y padre tratan de congraciarse con Liam.
-Señor ¿Qué le puedo ofrecer? -Se acerca la camarera.
-Un café negro ¡Por favor! - Le contesta Liam, observa el pintoresco lugar, los grandes ventanales permiten ver el exterior con claridad. De alguna forma esta reunión le da mala espina.
- ¡Vaya! Enrique como ha crecido nuestros muchachos, ambos son muy talentosos, si trabajan juntos nuestra empresa podría superar a los Lombardo con facilidad. ¿Cómo en cuanto? tal vez un año- Le dice Rogelio acomodándose el saco.
-Yo diría que en menos, incluso me atrevería asegurar que superarían a los Koyama- Enrique dice con total convicción.
- «Siempre quise que mi padre hablará así de mí, pero porque sie