Alex
Me dirigí al puesto de control de la entrada de la urbanización con mis sentidos activados al máximo. El hombre que quería vernos a Kass y a mí podía ser el asesino y si era así no estaba dispuesto a dejarlo escapar.
Aparqué el coche y fui andando hacia el lugar. Dos de los vigilantes estaban hablando con un hombre grandullón de cabello castaño y ojos avellana que estaba fuera de la verja de hierro. Me acerqué y al ver la cara del hombre me pareció familiar.
—Majestad como le dije antes lo hemos registrado y no lleva armas ni nada peligroso— me informó uno de los guardias .
—¡Vaya!, sí que has crecido. Te pareces mucho a tu madre, afortunadamente — El hombre se dirigió a mí como si ya me conociera.
Era verdad que yo me parecía mucho a mi madre, mismos ojos, mismos labios, mismo pelo, pero esa información se la podía haber dado cualquiera.
—¿Quién es? Y ¿porqué se supone que me conoce? — pregunté serio.
—Tú no me recuerdas porque eras muy pequeño. Soy Roderick Muler, el padre