Allegra salió fuera para recibir a sus amigos mientras su esposo, la mole de músculo era vencido por sus temores más internos.
— ¡Amiga hermosa! ¡Gracias por venir! No te hubieras molestado, él pensaba ir mañana a verte en el despacho del bufete.
— Allegra, no podía esperar hasta mañana, están pasando cosas… — Arianna la abrazó afectuosamente.
— ¿Cómo sabes eso? — Algo impresionada.
— Es mi trabajo saber cosas de los casos que acepto, tengo contactos, ¿Recuerdas? Y hoy mismo hubo una operación que puede comprometer a los hombres de Russo, es mejor actuar ya, además, también está el tema de Francesco…
Cuando Arianna mencionó a Francesco Allegra se tensó de inmediato, sabía que no era santo de la devoción de Arianna, así que aunque él nec