"Hola, señorita Sydney", sonrió el doctor al verme entrar en su consultorio.
"¿Ha venido a preguntar por su pa-?".
"No, no", negué con la cabeza. Se me había hecho costumbre visitar también al doctor cada vez que venía a ver a Mark. Le preguntaba cómo estaba y cuándo se despertaría, pero siempre me respondía con un tono sombrío.
Tomé asiento frente a él. "Vengo a preguntar por los otros pacientes".
Hizo una pausa y luego asintió. "¿Qué quieres saber?".
"Aparte de Mark y las otras dos personas que estaban en su coche, ¿hubo algún otro paciente que trajeron aquí esa noche?".
Frunció el ceño y sacudió la cabeza. "¿Se supone que hay alguien más?".
"No lo sé. Por eso estoy aquí. Un coche arremetió contra el coche de Mark y luego chocó contra un poste después de perder el control, quiero ver al conductor que conducía ese coche".
"Oh. Los paramédicos que fueron a la escena ese día informaron que no había nadie en el otro coche cuando llegaron".
"¿Qué?". Fruncí el ceño. ¿Cómo es eso?