Rebeca se sonrojó de vergüenza y tiró hacia sí donde Ana le había agarrado.
Hugo reaccionó con una mirada profunda y apartó la vista.
La niñera, al costado, tampoco supo qué hacer en un momento.
Por suerte no había nadie más aquí.
De lo contrario, habría sido aún más embarazoso.
Enseguida ayudó a Rebeca a colocar bien su ropa.
Rebeca solía ser bastante reservada, y nunca se había expuesto así a otro hombre que no fuera Logan...
Encima este tipo era amigo de Logan.
Y se sintió aún más incómoda.
Después de arreglarse la ropa, dijo con una mirada aún no tan natural: —Todavía tengo algo que hacer, les dejo, adiós.
Hugo se dio la vuelta entonces y dijo: —Lo siento.
Ana, sabiendo que había hecho algo mal y pensando que había disgustado a Rebeca, la miró con los ojos enrojecidos y se disculpo también: —Lo siento...
Rebeca sabía que había sido sin querer, y no podía ser demasiado dura con ella, le respondió: —Está bien, sé que no lo hiciste aposta.
Sonrió débilmente, saludó a Ana con la mano y