Al oír las palabras de Carolina, Rebeca volvió en sí.
Ayer, ella se cayó y él no se ofreció a ayudarla.
Ella estaba herida y a él no le preocupaba.
Porque no quería que Natalia malinterpretara, además, era verdad que ella no le importaba nada.
En su mente, los pensamientos y sentimientos de Natalia eran lo único que importaba, ¿no?
No le importaba su vida o muerte.
Si no, ¿cómo pudo tener la actitud que tuvo ayer cuando la vio caer y vio cómo se hacía daño?
Se quedó helada al pensarlo y estaba a punto de abrir la boca para decir que no cuando Logan se le adelantó.
—Pregúntale a tu madre.
Carolina resopló y le preguntó a Rebeca: —Mamá, papá te ha preguntado si querías hablar con él.
Rebeca frunció los labios y dijo tajante: —No, tengo cosas que hacer.
—Oh... —Eso fue todo lo que Carolina le dijo a Logan: —Papá, mamá dijo que no.
Logan: —Bien.
Carolina dijo: —Entonces, mamá, adiós.
—Adiós.
Carolina lo colgó, miró a Logan y le dijo: —Papá, mamá parece enfadada.
No sabía por qué, pero de r