Úrsula llevaba dos días resfriada y el sábado por la mañana, después de visitar a Selena, Rebeca se dirigió al hospital donde habían ingresado a Esperanza para verla.
Logan y Carolina estaban allí cuando ella llegó.
Esperanza estaba de mejor humor que cuando se despertó esa vez, y cuando la vio llegar, una sonrisa se dibujó inmediatamente en su rostro.
Logan no molestó a Rebeca y Esperanza mientras hablaban y, tras darle un vaso de agua, se sentó y preparó frutas para ellas.
Cuando Logan le entregó la manzana, pelada y cortada en trozos pequeños, en un platito, Rebeca tuvo que tomarlo y dijo: —Gracias.
—De nada.
Esperanza suspiró sombríamente al ver cómo los dos podían conversar así en paz.
Rebeca había acompañado a Selena durante un buen rato, y después de acercarse a donde Esperanza, solo pasó media hora y llegó la hora de la comida de la anciana.
Esperanza miró a Logan y le dijo: —Tengo quien me sirva la comida, durante estos días de hospitalización, Rebeca ha venido a verme todos l