Después de charlar de trabajo, al ver que Romeo no se iba sino que miraba a Hugo pensativo, Rebeca se preguntó si había una relación privada entre ellos y preguntó: —¿Qué pasa?

Romeo había pensado que a Hugo ya no le gustaba Rebeca porque no hacía nada para conquistarla.

A juzgar por el encuentro de hoy, estaba claro que a Hugo le gustaba mucho Rebeca y no tenía intención de renunciar a ella.

Por eso, pronto se dio cuenta de que Hugo podría estar enterado de que Rebeca seguía casada, o tal vez conocía su marido.

Cuando pensó en esto, se le ocurrió buscar una oportunidad para sonsacarle a Hugo alguna noticia sobre el marido de Rebeca, pero al pensar en la forma en que Hugo acababa de mirarle, quizá aunque lo supiera de verdad, era poco probable que tuviera la amabilidad de decírselo.

Además, si abría la boca, equivaldría a revelar que no sabía tanto de Rebeca...

Como no ganaría nada, no iba a perder el tiempo.

Pensando en esto, Romeo retrajo la mirada y le dijo a Rebeca con una leve son