Rebeca llamó a Hugo y le preguntó si le había pasado algo cuando la llamó hace dos días.
Hugo le dijo: —Era Ana que quería verte, nada especial.
Tanto Rebeca como Hugo tenían que ir a trabajar y no hablaron mucho.
Colgó el celular, Rebeca tomó las llaves del auto y bajó para ir a la oficina.
Cristian y ella llegaron al aparcamiento de la empresa casi al mismo tiempo.
Al salir del auto y verla, Cristian sonrió: —¿De vuelta?
Rebeca sonrió: —Sí.
En cuanto las palabras salieron de su boca, el auto de Logan entró por la puerta, y en ese momento, Natalia estaba en el asiento del copiloto.
En vez de entrar en el garaje, el auto de Logan se paró delante de Rebeca y Cristian.
Con eso, bajaron del auto y al verlos, Logan y Natalia saludaron r a Cristian: —Señor Figueras, buenos días.
Cristian se quedó sin palabras.
La sonrisa se le borró de la cara.
¡Qué mala suerte!
Maldijo para sus adentros, ignorando a Logan y Natalia, y tiró de Rebeca hacia delante.
Cristian les ignoró, pero a Logan y Natali