Al enterarse de que no podría darle el regalo de cumpleaños a Ana en persona, Hugo se quedó un poco triste, pero lo entendió y dijo: —No pasa nada, tus asuntos son importantes, Ana lo entenderá.
Tras colgar, Rebeca acababa de terminar de fregar los platos cuando volvió a sonar su celular.
Era Hugo que mandaba una videollamada.
Solo Ana usaría el celular de Hugo para hacerla una videollamada.
Rebeca atendió, la cara de Ana apareció entonces en la pantalla, Rebeca esbozó una suave sonrisa y antes de que pudiera decir nada, Ana le dijo: —Rebeca, buenos días, el tío me lo ha contado, no pasa nada, ya celebrarás otro cumpleaños conmigo cuando estés libre.
Ana tenía que ir al colegio, y sin esperar a que Rebeca hablara, continuó: —Me ha dicho mi tío que me harás una tarta, y que tienes un regalo para mí, muchas gracias, Receca. La abuela siempre dice que hay que invitar a comer a los que te hacen regalos, hay un restaurante recién abierto donde la comida es súper deliciosa, ¿estás libre esta