Romeo se fijó en él justo cuando se acercaba.
Sus finos labios se fruncieron ligeramente en señal de disgusto, y sus ojos hacia Hugo se tiñeron al instante de frialdad.
Hugo lo ignoró y caminó hacia ellos sin la menor pausa en sus pasos.
Se acercó a Rebeca y la encaró con aire natural: —¿De qué están hablando?
Rebeca, sin darse cuenta de la guerra de miradas que había entre ellos, respondió: —Cosas del trabajo.
El hecho de que Rebeca pudiera charlar tan alegremente con Romeo significaba que Romeo debía ser muy bueno profesionalmente.
En otras palabras, en comparación con él, habría más conversación entre Rebeca y Romeo.
Además, ahora mismo Romeo estaba trabajando en Tylerty.
Tenía muchas más oportunidades de entrar en contacto con Rebeca que él.
Pensando en esto, la sonrisa de la cara de Hugo se desvaneció un poco.
Estaba a punto de hablar cuando Cristian se acercó.
Al ver a Romeo y Hugo al lado de Rebeca, se sintió un poco extraño.
Pero no le dio mucha importancia y se limitó a decir: