Al oír el movimiento, Logan se volvió hacia ella.
Rebeca salió del auto y cerró la puerta antes de adelantarse en silencio y quitarle el paraguas de la mano.
Logan le miró el pie: —¿Tu pie está bien?
Estaba un poco dolorido, pero podía andar.
Sin embargo, Rebeca no dijo nada.
No se molestó en pensar por qué se había ofrecido a ayudarla e incluso tomarla en brazos hoy.
Solo dijo débilmente: —Ponte en contacto conmigo cuando el divorcio se pueda llevar a cabo.
La implicación era que si no era por el divorcio, no había necesidad de que volvieran a ponerse en contacto.
Al pronunciar estas palabras, ella, con su paraguas, cruzó por su lado para marcharse.
Logan le devolvió la mirada, pero no la detuvo, solo la dejó marchar.
El lugar donde aparcaron el auto no estaba lejos el uno del otro.
Después de verla entrar sin problemas en el coche, Logan se dio la vuelta y subió al suyo.
Un momento después, su auto se alejó del aparcamiento.
Cuando Logan se marchó, el auto de Harry también lo hizo.
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