Al día siguiente.
Carolina estaba en una videollamada con Logan cuando Rebeca subió después de desayunar.
Al verla, Carolina levantó la vista y gritó: —¡Mamá!
—Sí.
Rebeca contestó y encendió la computadora.
Al otro lado del celular, Logan preguntó: —¿Qué vas a hacer hoy?
Carolina se dejó caer en la cama y dijo contenta: —¡Quiero ver una película, y mamá irá al cine conmigo por la tarde!
Rebeca se dedicaba a mirar la información que recopiló ayer.
Unos instantes después, Carolina se acercó con su celular: —Mamá, papá me ha dicho que te pase el celular.
Rebeca dio un respingo, lo tomó, miró a Logan al otro lado del teléfono, no quería tener una videollamada con él, luego puso el celular sobre la mesa para que la cámara apuntara al techo y preguntó: —¿Qué pasa?
Logan respondió: —Tendrás que cuidar de Carol durante estos días, gracias.
Rebeca no respondió, sus ojos seguían fijos en la computadora, golpeando el teclado para añadir las ideas que se le habían pasado ayer mientras le preguntab