Cristian: —Date prisa en divorciarte de él.
Rebeca: —Lo sé.
Durante la comida, el señor Grijalba se acercó y dijo que Natalia estaba bien y que Logan la había mandado a casa a descansar.
Las pastillas que le recetó el doctor Jones aún no se las había terminado.
Rebeca abandonó Furense aquella noche y regresó a la vieja mansión de Esperanza.
Pero Logan no volvió esa noche.
Rebeca frunció los labios, se lo pensó y le llamó.
Pero nadie respondió.
Rebeca tuvo que dejar el celular.
Lo de Furense aún no estaba completado del todo, pero lo de Tylerty tampoco se podía dejar atrás.
A la mañana siguiente, Rebeca y Cristian volvieron a Tylerty para ocuparse de algunas cosas antes de hacer otro viaje a Furense por la tarde.
Si todo saliera bien, no quedaría mucho trabajo de Furense después de esta tarde.
A partir de ahora no tendrán que venir tan a menudo.
Feliz ante la idea, Cristian le dijo a Rebeca: —No tendremos que venir más a Furense, que no aguanto más.
Rebeca sonrió: —Sí.
Cuando llegaron a