Preocupado por que se chocaran con alguien, Hugo las siguió a todas partes para poder protegerlas si alguien viniera accidentalmente.
Sin embargo, hoy había demasiada gente.
Apenas llevaban una hora jugando cuando dos chicas chocaron con ellas.
Ana estaba bien, pero Rebeca estrelló todo su cuerpo contra Hugo.
Por reflejo, Hugo le rodeó la cintura con los brazos, manteniéndola firme entre su abrazo.
Al estrecharse en su amplio abrazo, Rebeca se quedó inmóvil, incómoda al instante, e intentó apartarlo, pero sintió que le dolía un poco el tobillo.
Hugo no la soltó: —¿Te torciste el pie?
—Parece que... sí.
Hugo llamó al personal e hizo que alguien vigilara a Ana mientras él se agachaba y levantaba a Rebeca.
Rebeca pensó que pediría ayuda al personal.
Al ser levantada de repente por él, se quedó un poco confusa, y luego se resistió: —Bájame primero, yo...
Hugo: —El médico está esperando, vamos a tratar tu herida primero.
Rebeca dio un respingo y no volvió a moverse.
Una vez dentro del edifi