—¿Y entonces como se hace ese tal White Russian? — Inquirió Sofía con una sonrisa coqueta al camarero detrás de la barra.
El hombre alistó la copa larga mientras agregaba los ingredientes del cóctel —Agregamos Vodka— le sonrió a Sofía —un poco de Kahlúa y terminamos con crema— deslizó la copa por la barra de cristal a las manos de Sofía guiñando su ojo.
Sofia estaba encantada con aquel italiano que servía con agilidad los tragos y coqueteaba con ella de vez en cuando.
—Que tal, me das uno igual al de la dama.
Sofia giro su rostro encontrándose con la figura de Sergio que le sonrió.
—¿Usted? — Sofía estaba sorprendida.
—¿Le molesta si me hago a su lado?
El italiano detrás de la barra extendió la bebida a las manos de Sergio que tomo la copa y la levanto en señal de brindis a Sofía y bebió el líquido. Sofia soltó una risita, el mundo era pequeño por qué tenía que encontrarse de tantas personas precisamente con Sergio Cortés.
—¿Enserio le gusta esto?— Sergio se trago