– No crees en la mala suerte, ¿Cierto? – lanzo, apenas Erick cerró la puerta me levanté para mirar a los ojos enrojecidos de Sara con mis brazos cruzados – porque fui yo quien pagó el vestido de novia – añadí, me volteé a mirar el horizonte – sí, lo vi, tal parece que es cierto lo de no verlo hasta el día de la boda, tal parece que si le trae mala suerte a los novios – hice silencio por unos segundos y ella simplemente no dijo nada, solo me escuchaba permaneciendo quieta detrás de mí – Sara más allá de cualquier otra cosa estoy decepcionado, no te odio, pero me faltaste y eso fue un error
– Todos tenemos derecho a equivocarnos por una vez, por favor – la escucho acercarse
– Lo siento pero no – espeto seco
– Dame una oportunidad, Por favor
– Las oportunidades se convierten en segundos errores, ya quedó comprobado mi teoría
– No seas así conmigo – solloza
– Debes entender que todos nuestros actos traen consecuencias y simplemente debemos enfrentarlas – me volteo a mirarla y está muy ce