Capitulo 2

Adara Petrova

—¿¡Cómo es posible que no sepas hacer una simple ecuación!?—el grito de padre resuena en la sala y todos nos sobresaltamos

Faddei simplemente mira a su cuaderno de deberes mientras que padre estaba frente a él gritándole furioso luego de que sus clases acabarán.

Kira abre sus ojos sorprendida por la acción de padre. Madre traga mientras que mantenía su mirada en el suelo y yo fingía terminar mi deber de Geografía.

—¿¡Acaso llegarás a ser alguien en la vida así!?—señala su cuaderno y Faddei no responde—. ¡Te he hecho una maldita pregunta!

—No—dice firmemente aunque su voz tiembla por un breve momento

Padre estaba rojo por la furia, abofetea a mi hermano menor sacándole un jadeo de horror a Kira. Miró a mi hermanita pidiendo con la mirada que haga sus deberes e ignore todo si no quería ser ella quien fuera golpeada.

—¡Estarás toda la tarde hasta la cena estudiando las ecuaciones y cuando aprendas finalmente a hacer una sin errores vas a poder subir a tu habitación! ¿¡Está claro!?

—Sí, padre—responde Faddei

Padre gruñe furioso y sale de la sala jalando a madre con él, Kira trata de seguirlos pero rápidamente interfiero.

—No, Kira

—Pero padre está molesto—dice Kira

—Déjalos—sentenció

Kira va a la mesa a sentarse aun lado de Faddei y yo hago lo mismo, miro a mi hermano que simplemente leía su libro de matemáticas con los nudillos blancos por la presión de su mano en la lapicera.

—¿Quieres ayuda?—le ofrezco

—No—declara—padre se molestara contigo

—No lo sabrá—interfiero

—No, Dara, déjame esto a mi—sentencia

Suspiro y decido no seguir con el tema, sigo leyendo mi texto mientras respondía las preguntas que me dejó el tutor. La mansión era un silencio total. Nikolay había ido a hacer algo que mi padre le ordenó junto a Alexey y Zaria fue a visitar a sus abuelos que vivían a dos horas de la mansión. Volvería esta noche.

Al terminar mis deberes subí a mi habitación y dejé todo en su lugar, cepillo mi cabello tratando de ordenarlo y lo trenza para evitar que me molestara. Salgo de mi habitación y bajó a la cocina donde le sonrió a las del servicio.

—¿Qué necesita, señorita Adara?

—Uhm, venía a prepararme un te—sonrió

—Se lo haré enseguida

—No te preocupes, yo me lo hago—digo

—No—niega—yo lo haré y lo llevaré a la sala

Suspiro rendida y asiento. En la sala me senté en el sofá frente a la chimenea y miré a mis hermanos menores hacer sus deberes. Unos minutos después me traen mi té y agradezco. Bebo mi bebida caliente dejando que el calor se adueñe de mi cuerpo.

Afuera nevaba como era de costumbre en Invierno, el frío era demasiado bajo pero aquí en Rusia todo era muy normal aquello. Mientras tomaba mi te, Nikolay entró a la sala sacándose el gorro de piel gruesa.

—¿Dónde está madre?—pregunta

—Padre se la llevó, Lay—refuta Kira

—¿Se la llevo?—Nikolay me mira

—Padre se ha molestado con Faddei por un error—respondo

Mi hermano mayor gruñe molesto dejando que sus ojos color miel se llenan de furia. Su cabello rubio estaba perfectamente peinado.

—¿Qué hizo esta vez, Faddei?—mira a nuestro hermano menor

—Solo falle en las ecuaciones—responde mi hermano—. Sabes cómo es padre

—Le ofrecí ayuda, pero se niega—le digo a Lay

—Y es mejor, Dara, no vaya ser que padre las pague contigo—dice Lay

—No es justo, Lay, a veces está bien recibir algo de ayuda, aunque sea mínima

—Eres demasiado buena, hermana—besó mi coronilla y luego se dirigió hacia nuestros hermanos—. ¿Que tal esos deberes?—le pregunta a Kira

—Pues mal—dice Kira—son aburridos

—Bueno si los acabas rápido dejan de ser tan aburridos—le dice Nikolay

—Si claro—ella bufa

Sonrió mientras bebía de mi te y Faddei solo se enfoca en tratar de resolver la ecuación. Hago una mueca al verlo tan frustrado y pasa las manos por su cabello castaño.

—¿Por qué no dejas que te ayude?—insisto—. Se muy bien las ecuaciones y padre no lo notara

—No, Dara, no quiero que las pague contigo—sentencia Faddei

—Dei—le suplico

—He dicho que no—asegura

Suspiro cansada y Lay solo da un leve apretón de apoyo a nuestro hermano. Me siento en el sofá algo aburrida y Nikolay se sienta a mi lado.

—¿Dónde está mi primo?—pregunto

—Se ha quedado afuera—responde—según él tenía que solucionar un tema

—¿O verse con una de las del servicio?—pregunto

Nikolay solo encoge sus hombros y niego mientras miro el fuego de la chimenea. Me quedaba muy poco para acabar mis estudios básicos y así empezar una segunda etapa de mi vida. Ser una buena esposa.

Madre siempre me había dicho que luego de mis estudios ella me enseñaría a como ser una buena esposa para un futuro marido, que ya estaba en la edad de buscar un hombre con el cual pasar los resto de mis días.

Le tenía miedo al matrimonio, no deseaba acabar como mi madre, cuidando de cuatro hijos y tolerando los malos tratos de mi padre. Sabía que no tenía otra opción que aceptar, ya que si me negaba, mi padre con tal de deshacerse de mí, me enviaría a los prostíbulos de la Mafia Roja para castigarme por mi desobediencia y elegir aquella viva de prostituta o una decente con un marido.

—¿Qué tal va todo? Sales mucho de la mansión

—Sabes que tienes prohibido saber de los negocios—me dice Nikolay

—Hermano, me aburro acá dentro y me causa intriga lo que sucede

El me mira por un instante dudando si decirme o no lo que pasaba, suspira y mira a la puerta asegurándose que nadie entrará.

—Está tenso—admite—. El Boss está perdiendo territorio por la Mafia Siciliana.

—¿Los italianos?—pregunto

—Si—asiente—. Su Capo desea el terreno ruso y no va a detenerse hasta tenerlo

—¿Qué pasa si lo obtiene? ¿Qué nos va a pasar?

—Padre, yo y Alexey seríamos asesinados, ustedes—nos mira y duda—no sé exactamente qué les pasaría. Quizás a Faddei lo inicien como soldado de la Mafia Italiana y a ustedes se casen o envíen a prostíbulos. Por esa razón no deben de ganar nuestro territorio,

—¡Nikolay!—el grito de padre nos hace sobresaltar. ¿Habrá oído algo?

Padre entra furioso a la sala mirando fríamente a mi hermano menor, el se pone de pie y lo mira mientras que yo me encogía en mi lugar. Madre entra tras él con una sonrisa tensa y que no le llegaba a los ojos.

—¿¡Cuántas veces te he dicho que no hables con tu hermana sobre los negocios!?—grita dejando un silencio—. ¡Ella es una mujer y no debe de saber nada de ello! ¡Su deber es dar hijos, no saber sobre los negocios de la familia!

—Padre—intervengo—yo le pedí que me dijera y...—me callo cuando una fuerte bofetada me llega. El ardor de mi mejilla me hace jadear y mis ojos se empañaron en lágrimas por el dolor

—¡Te he dicho que no hables cuando no te lo pido! ¿¡O quieres que te castigue aún peor!?

Trago sin responder y mantengo la mirada en el suelo de la sala mientras que el dolor recorría mi rostro.

—¡Vete ahora mismo Nikolay a solucionar lo que debas de hacer!—ordena y se oyen pasos rápidos—. ¡Y tú—me jalonean del cabello y mis labios tiemblan—si vuelvo a enterarme u oír que andas de cotilla en asuntos de hombres, vas a ser castigada de peor forma! ¿¡Oíste!?

—Sí, padre—susurro con la voz temblorosa

—¡Niña desobediente!—me lanza al sofá provocando que me golpe en el estómago—¡Los golpes a ti no te callan la boca y menos te hacen saber que no debes andar de cotilla en asuntos de hombres! ¡Eres igual a tu madre!

Miro a mis hermanos menores, Faddei mantenía a Kira a su lado quien lloraba en silencio, el le decía algo que no lograba oír pero estaba segura que trataba de calmarla o hacerla ignorar todo lo que pasaba en la sala.

Padre se retira y madre se acerca rápidamente, suspiro mientras que secaba mis lágrimas y camina hacia uno de los muebles en busca de un kit de primeros auxilios.

Me ponía una pomada para aliviar el dolor de mi rostro, ella me miraba seriamente mientras que podía ver sus golpes del cuello.

—Siempre te he dicho que no interfieras en los asuntos de tu padre y hermano—me regaña mientras me pone la pomada

—Solo tenía curiosidad

—Pues deja esa curiosidad porque eres una mujer y tu deber es casarte y darle hijos a tu marido, no andar de cotilla por los pasillos de la mansión

Decido no responder para no echarle leña al fuego, luego ella le sonríe a Kira que aún tenía miedo en sus ojitos. Le doy una sonrisa tratando de calmarla y madre se acerca a Faddei.

—Tú deberías de intervenir para que tu hermana haga cosas que la perjudiquen. Eres el hombre Faddei, tienes más voz que tu hermana—regaña a mi hermano

—Ella nunca me hace caso—gruñe Faddei—además, si ella quiso saber fue porque quizás le causaba intriga lo que haga mi primo y hermano fuera de la mansión.

Madre solo toma una bocanada de aire y el silencio nos rodea mientras sentía aún el dolor en mi mejilla.

••••••••••••••••••••••••

—¿Ha vuelto a golpearte?—pregunta Zaria cuando ve mi mejilla—¿que hiciste esta vez, Dara?

—Solo pregunte por lo que estaba pasando fuera de la mansión y padre oyó a Nikolay contarme la verdad

—Por el amor de dios, Adara. Sabes que mi tío odia que hablemos de esos temas con los hombres.

—El odia todo lo que hacemos, Zaria

—Lo sé, pero es mejor callar a que tengamos estos golpes—señala mi mejilla—. ¿Acaso no ves a mi tía? Llena de hematomas

Suspiro cortando el tema y miró a mi prima

—¿Cómo están tus abuelos?

—Oh, están muy bien—sonrie—. Mi abuela ha estado tejiendo miles de cosas y las vende a sus vecinas, mientras que mi abuelo sigue con su trabajo. Me gustaría irme con ellos

—Sabes que será imposible

—Lo sé—suspira—. No sé porque mis padres le dieron nuestra tutoría a mis tíos. Mis abuelos fácilmente nos hubieran cuidado sin problema

—Bueno, tus padres eran de este mundo y tus abuelos no, hay una buena respuesta en ello

—Los extraño, aunque no los recuerdo mucho, pero aun así los extraño.

Sonrió de lado sintiendo el dolor de mi mejilla, en ese instante abren la puerta y mi madre entra a la habitación.

—Zaria, vete a dormir—le ordena a mi prima—. Alek las envío a dormir a ambas

—Lo siento, tía—se disculpa Zaria

—Ve a descansar—le pide

Asiente y se despide de mí con un beso en la mejilla no golpeada, me paro de la cama en busca de mi camisón y mi madre sigue mis movimientos.

—¿De qué hablaban?—preguntó madre mientras se acerca a mi y baja el cierre de mi vestido. El frío de la habitación golpeó mi espalda.

—Me contaba cómo estaban sus abuelos—respondo

No responde, me siento en mi cama donde saco mis bucaneras y el vestido con el sujetador. El camisón cae por mi cuerpo hasta mis tobillos y camino a mi tocador para cepillar mi cabello. Madre deja mi ropa en el cesto de la ropa sucia.

—¿Por qué Zaria no está con sus abuelos?

—Adara, te he dicho que eso no es asunto tuyo

—Pero me intriga madre, Zaria tiene a sus abuelos vivos pero vive con nosotros, ¿por qué? No me quejo porque amo a mi prima pero ¿por qué no sus abuelos y si ustedes?

—Porque somos su familia más cercana

—Su familia más cercana son sus abuelos

—No—demanda—. Esos somos nosotros. Ahora métete a la cama y duérmete antes que tu padre suba a regañarte

Suspiro rendida y hago caso a la orden de mi madre.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App