Camila

Lo veo de reojo, está molesto, se ve disgustado. Pero él mismo provocó esto, si me hubiese seguido la corriente, nada de esto no estaría pasando y yo no estaría coqueteando con este par de ancianos.

—Debo responder la llamada, les pido un permiso —dice Alan levantándose.

Cuando vimos que se hizo lo suficientemente lejos, uno de esos hombres se acercó a mí.

—Cuando Willie nos comentó que su esposa se haría cargo de que el negocio se hiciera no me imaginé que fuera tan… hermosa. —Le di una falsa sonrisa al ver como él mostraba su costoso reloj… ya veo que es lo que busca.

—Espero entonces que no ponga ningún problema entonces. Me gusta ser eficiente en mi trabajo y con mi esposo. Usted me entiende… —Él pone una de sus manos en mi mentón.

—Que afortunado es Willie… debe pasarla tan bien con una mujer como tu.

—Ni se imagina lo afortunado que es… ya sabe que no puede nombrarlo.

—Sí, lo sé. Pero me gustaría tener un incentivo por hacer las cosas como ustedes lo piden —él di