29. DEFENDIENDO A MI HEMBRA
NARRADORA
—Explícate —Greyson le ordenó a David, apretando los dientes
—. Y por tu bien y el de tu familia, espero que no estés jugando conmigo, mocoso. No te imaginas el tiempo que me puede llevar arrancarte la cabeza.
David tembló visiblemente ante el aura del Alfa.
La camisa se le pegaba por el sudor que corría en su espalda, pero ya no podía retroceder o estaba muerto.
—Ava era la Luna de la manada Colmillo de Acero. Una vez pasé por ahí a visitarla y ella… bueno… estaba desesperada por escapar de su matrimonio infeliz y no sabía cómo… —dijo de manera que insinuaba cosas ocultas.
—Admito que Ava es hermosa y trató de “convencerme”, pero nunca fue mi tipo. Me sorprendí al ver que Owen sí cayó en sus redes…
—¡Pero qué dices, infeliz! —Ava le gritó indignada.
—. ¡Hace años que no te veía! ¡¿Cómo te atreves a insinuar que estaba acostándome con cualquiera para que me sacaran de mi manada?!
—Vamos, Av, que siempre fuiste de las fáciles. Estabas buscando a un tipo rico que se hicie