Siento un nudo en mi estómago, es la primera vez que veo a alguien muerto y mucho peor, ver como lo asesinan frente a mis ojos, mierda, sé que Marcus no ha disparado, pero fue él, quién lo ordenó, también entiendo que yo soy la culpable de esto y no sé cómo sentirme conmigo misma. Jessica alza las manos como rendición y se aleja unos pasos, sabe que Marcus está hablando muy en serio.─Así lo creí.Me toma de la mano y me aleja poco a poco de la escena sin mirar atrás. Caminamos sin decir nada hasta llegar al edificio.─Siempre llegas en los momentos más oportunos... Gracias ─Lo abrazo y él me besa mi cien.-No sabes como me hirvió la sangre cuando te vi como ese idiota te tenía apresada... ─Sonrío y hago mas fuerte mi agarre, tenerlo así es lo único que me importa en este momento, siempre así, protegida entre sus brazos ─Será mejor que te des prisa.─¿Para qué? ─Susurró entre su pecho.─Te irás conmigo, vivirás en mi casa. ─Lo alejo ligeramente para poder ver el chiste en sus ojos, pe
-¿Problemas en el paraíso? -Alza una ceja, curioso.Estoy a punto de negar cuando mi celular empieza a sonar, ni siquiera me molesto en revisar quien es, es obvio que se trata de Marcus, ha estado llamando desde la mañana. -¿No contestarás? -me pregunta confundido y yo niego. De inmediato capta lo que ocurre y forma una "o" con la boca.Saco mi celular del bolsillo y lo pongo sobre la mesa, mi maldito orgullo es más fuerte que la necesidad de saber de él.Marc se para y toma el celular con un movimiento hábil y contesta mientras me mira divertido. -¡¿Marc, que haces?! -Hago el ademán de levantarme, pero el tiro del suero me detiene. -¡Hola, hermano! -habla sobreactuando con voz burlesca y yo ruedo los ojos-. ¿Qué porque tengo el celular de Caty?... ¿Tú por qué crees? -Ríe-. ¿Que si no te la paso ahora mismo sabré de lo que eres capaz? -Finge estar asustado y se ve realmente gracioso que suelto una risa sin pensar, pero de pronto Marc cambia su expresión auna más seria-. No sé que
-Ni siquiera me despedí -le reprocho y le doy un golpe en el brazo.-Vamos, no te irás a otro país, puedes ir a verla las veces que quieras. -Me acaricia la mejilla.Mi cabeza está hecha un desastre, Hye debe estar desconcertada por no ser yo quien le haya dicho que tengo una relación. Marcus siempre actúa como si yo fuera de su propiedad, y tal vez eso es lo que cree, pero no, yo también tengo derecho de opinar y vivir con él, no está en mis planes en este momento, quiero seguir discutiendo, sin embargo el tratamiento me ha dejado demasiado abatida para poder seguir.En menos de lo que espero nos encontramos en su casa (mansión) toda esta como lo recuerdo, Dong me saluda cordialmente y le sonrio.-Dong, desde hoy Catherine vivirá aquí, quiero que la trates bien, mientras yo no este ella será la señora de la casa. -Me congelo ante sus palabras, ¿yo la señora?-Como usted diga señor D'monte, pero... ¿Qué hago con la señorita Sasha? -pregunta nervioso.-No te preocupes. -Sonríe y toma s
Suelto un suspiro cansada y retomo la marcha a la mesa 3. Llevo en mi mano la charola con un par de desayunos completos. Los entrego con amabilidad y regreso a la cocina en busca de otro pedido de comida, así paso toda la mañana, rodeada de gente, llevando comida de aquí para allá. Al final de mi turno no siento los pies, pero no puedo descansar, ya que voy corriendo hasta la clínica del Doctor Silver donde trabajo de intendente de dos de la tarde a ocho de la noche. Termino muerta.Antes de irme a mi tercer trabajo, me cambio en el baño de la clínica, me pongo ropa un poco más ajustada y peino mi cabello soltandolo sobre mis hombros. Uso un poco de maquillaje, donde voy lo necesito.—¡Nos vemos mañana Doctor Silver! —Me despido tomando el sobre de mi paga.—¡Nos vemos Cat! —Escucho antes de salir.Ocho y media de la noche, me encuentro en el centro nocturno MUNBAI, donde sirvo tragos. El ambiente se encuentra tranquilo por el horario, pero no tarda en llenarse de gente. Saco de mi m
Tomo un taxi, ya que a esa hora los autobuses ya no pasan, tampoco es que viva muy lejos, pero estoy demasiado cansada para caminar. Gastaré un poco de dinero en el pago del transporte, pero aun así no he completado para la renta y le ruego a todos los dioses para no toparme con la señora Saltzman. Cuando llego al edificio de cuatro pisos, me adentro sigilosamente por las escaleras, estoy a punto de llegar a la puerta del departamento cuando escucho la voz de mi arrendadora.Mierda, me quedo estática.—¿Catherine, ya tienes mi encargo? —Se escucha molesta.—Aún no señora Saltzman... Pero prometo tenerlo mañana. —Estoy dándole la espalda, no quiero voltear y encontrarme con su rostro furioso. Da mucho miedo cuando se encuentra en ese estado.—¡Mañana, Mañana! Eso me dijiste hace una semana... Si no tengo el pago mañana a primera hora te echaré a ti y a tu madre a la calle, no me importa que esté enferma, esto es un negocio no una casa de beneficencia. —Me sobre salto cuando azota la pu
Son pasadas las doce de la mañana cuando estoy en frente de su casa, ocupa casi todo la cuadra, es grande y bonita de dos pisos, color crema con acabados de madera y un portón de acero. Llamo varias veces hasta que la voz de Jessica suena por el parlante a mi lado.—¡Carajo! ¡¿A caso no sabes que hora es?! —Jessica dice molesta.Me siento indecisa, nerviosa por lo que pudiera pasar, que no tomo en cuenta el tono con el que me responde. ¿Y si regreso a casa y pienso en otra manera de solucionar mis problemas? Tiene que haber otra cosa que pueda ser. Joder. A quien engaño, no había más.—Soy yo... Catherine —digo al fin.¿Y si Jessica solo estaba jugando al proponerme ser prepago y ahora sale y se ríe en mi cara por la gran broma que me jugó? No soy tan bonita como dijo, ni tampoco tengo buen cuerpo. Jessica sale de su casa, cubierta solo por una bata de seda fina color rosa, y no se si me mira alegre o sorprendida.—Vaya, no pensé que vendrías tan rápido —dice engreída. ¿Estaba tan se
Camino directo al café, Laura ya se encuentra acomodando las mesas antes de abrir, también trabajo con ella ahí, además de hacerlo en el MUNBAI. Es por eso que nos llevamos muy bien, ella es un poco como yo, solo que sin problemas tan extremos de dinero.—Que bueno que llegas. Sam sé está volviendo loco buscando las comandas de ayer. ¿Podrías ayudarlo? —Me pide suplicante, muy probablemente Sam ya le haya gritado por el extravío de los pequeños cuadernillos. Ruedo los ojos. Siempre es lo mismo con ese hombre.—¿No te preocupes? —Le sonrío y me dirijo hacia la oficina de mi querido jefe.Lo encuentro con un desastre a su alrededor, papeles esparcidos por todo el suelo mientras él parece dar un berrinche ahí mismo, ignoro lo que está a punto de decir y me acerco a la pequeña cajonera de la esquina, donde abro el último cajón sacando las comandas y se las arrojó en la cara, el mismo las guardo ahí y si no lo hubiera visto cuando lo hizo estaríamos como él, ahora mismo.Me pongo en marcha
Se suponía que mi primera vez sería con alguien a quien amara y ahora iba a hacer cruelmente violada. Me llevo mi mano hasta mi trasero, si esta era para el dolor. ¿Entonces esta? Tomo la blanca.—Esa es la más importante, es un anticonceptivo. —Joder. ¿Que más faltaba? ¿Una para levantar el libido? Ojalá hubiera una, por que no creo poder con esto—. Como te lo dije antes, pero esto es casi con todos, nos les gusta usar condón.—¿Y que pasa con las enfermedades? No quiero contagiarme de algo —digo preocupada y ella me toma del hombro negando.—Pedimos estudios clínicos a todos nuestros clientes. Mis chicas son premiun, no son cualquier mujersuela que ves parada en una esquina, así que yo entrego calidad y ellos tiene que brindarla igual. No te preocupes. —Menos mal, pero entonces...—A mi no me has pedido ninguno estudio, como sabes que yo no... —Ríe por lo bajo, negando de nuevo.—Puedo ver tu inocencia a kilómetros de distancia, eres virgen ¿no es así? —yo asiento viendo su reflejo—