-¿Que si me gusta?... me iría al infierno por ti de ser preciso.
Toma mi rostro entre sus manos y me besa, paro mis movimientos, ahora es él, quién sube y baja sus caderas penetrándome con velocidad.
-¡Aahh! ¡Si! ¡Ahí!... ¡¡Otra vez!! -digo cuando se mueve como él sabe, volviéndome loca de placer.
Toma con una de sus manos mi seno y lo cubre con su mano, jugueteando con sus dedos mi pezón, previamente en ensalivado. Me sostengo sobre la cabecera del asiento y lo miro penetrante mientras me muerdo el labio, tengo que admitir que lo estoy disfrutando como nunca, el sabe como y donde tocarme, haciendome elavar hasta las mismas estrellas cuando siento mis espasmos sobre mi zona íntima, se lo que se avecina.
-Aún no... -me ordena, odio que sé tan mandón
-Por favor -suplico.
-Espera... -De nuevo me detiene mientras sigue arremetiendo contra mi entrada-. Ahora, córrete para mi. -exclama tomando de nuevo mis labios.
Es todo lo que necesito para liberar mi agonía, una agonía terriblemente bue