-¿Cómo supiste que yo...? -Suspira cansino y me mira por primera vez, desde que nos subimos al auto.
-Conozco a Oliver desde niños, prácticamente nos criamos juntos y cuando dijo que tenía otros asuntos que atender, supe exactamente a que se refería. Estuve tan furioso porque me hayas dicho que solo habías ido a cenar, cuando no era verdad, aunque muy en el fondo te creí y decidí regresar para ver como estabas, escuché tus gritos y no dudé en entrar.
-¿Cómo pudiste? Digo, se necesita una llave para abrir la puerta -pregunto confundida. Marcus mete la mano a su bolsillo, sacando una tarjeta dorada entre sus dedos.
-Esta abre todas las puertas en el hotel -Lo veo curiosa.
-Tienes que ser muy importante para que el hotel te den una de esas tarjetas. -El sonríe, pero sus ojos siguen siendo turbios, no se ha calmado por completo.
-No soy ningún cliente del hotel, soy el dueño. -Parpadeo los ojos, eso si no me lo esperaba, aunque no tendría porque, Marcus debe tener miles de lugares a su no