47. Capítulo: Nada
Vacilo, no sé si deba decirle mi nombre. Pero ella se ve distinta a las demás, no me da mala espina, de modo que me animo a responderle.
—Luna Miller —digo bajito, pero frunce el ceño. Seguro por el parloteo del resto se le dificultó entenderme y escucharme, así que lo vuelvo a decir en un tono más elevado —. Me llamo Luna Miller.
Ahora sí asiente y sonríe levemente.
—Un placer, Luna. No pareces estar contenta aquí, ¿qué haces aquí? —inquiere.
Cada pregunta me pone más nerviosa, siento que compromete mi vida a lo fatídico, incluso ya atada a este maléfico destino.
—Yo… En realidad no sé qué decir —admito dejándola confundida.
Pero asiente, a lo que considero que ha tomado mis palabras como una inseguridad de mi parte. No se imagina que estoy obligada a ello, esperen, ¿acaso ella si es voluntaria?
—¿Y tú por qué estás aquí?
—Se supone que trabajo aquí, y tú también lo harás —responde sonriente. La miró boquiabierta, es que no sé qué decir —. ¿Por qué te sorprendes? La paga es bue