Capítulo – El Beso que Rompió el Corazón
La mañana en la casa de los Jones parecía tranquila, casi irreal.
Margaret desayunaba como una dama enferma, flanqueada por Edward —que apenas tocaba su café— y Emily, que los observaba con una desconfianza que ya no disimulaba.
El ambiente estaba tan cargado de tensión, que podía cortarse con un cuchillo.
Charlotte y Amalia no tardaron en aparecer, como dos sombras perfumadas. Entraron sin anunciarse, como si fueran dueñas del lugar.
—¿Nos sirven un café? —preguntó Charlotte, con esa sonrisa arrogante que nunca lograba disfrazar del todo.
Margaret las invitó a sentarse con un gesto elegante. Emily apenas disimuló su fastidio.
Stephen bajó las escaleras minutos después.
Al verla, su expresión se endureció.
“Otra vez estas mujeres… No tienen vida,” pensó, mientras reprimía un suspiro de hartazgo.
Se sentó junto a Emily y comenzó a servirse café, con movimientos tensos.
—Emily… consígueme un boleto para Alicante —le dijo en voz baja—. Hoy mismo.