"La telaraña invisible"
La tarde en Alicante caía lentamente, dorando las calles con ese brillo nostálgico que parecía envolverlo todo en una calma tibia. Stephen dejó su chaqueta en el respaldo del sillón, recién llegado del hospital, y apenas encendió su teléfono, vio que tenía una llamada perdida de Londres.
Su madre.
Suspiró, sintiendo ese peso antiguo, ese eco de deber y resignación que Margaret Jones siempre había sabido cargarle en los hombros desde pequeño.
Con un movimiento lento, casi reacio, presionó el botón de llamada.
La voz de su madre, pulida y fría como siempre, atravesó la línea con esa dulzura forzada que él conocía demasiado bien.
—Stephen, querido... ¿cómo estás, mi amor?
Stephen apretó la mandíbula un instante antes de responder.
—Bien, mamá. Trabajando mucho. Preparando... cosas —dijo, sin querer adelantar nada sobre su boda.
—Me imagino —contestó Margaret, con un dejo de fingida emoción—. Yo... no he estado muy bien últimamente.
Stephen frunció el ceño.
—¿Qué p